Terminando el 2020 abrimos la libreta y nos sentamos a anotar los aprendizajes que nos dejó el año donde todos tuvimos que adaptarnos en alguna medida. El crecimiento de una organización no se construye por arte de magia, la pandemia nos dejó más que claro que las dinámicas de trabajo con foco en ser flexibles y horizontales, hacen que las personas se sientan parte de los proyecto y de su propósito. Buenos líderes, inclusión y diversidad son parte de los elementos de una receta perfecta para tu empresa, el resto te lo contamos a continuación:

• Establece un diálogo permanente en tu organización que te ayude a notar esas “grietas” internas, para encontrar la mejor solución de una forma participativa donde todos tengan una voz. Abrir los ojos y oídos son claves!

• ¡Aplaude la autonomía de tus equipos de trabajo! Si consideras la visión de los equipos en la toma de decisiones, le estás abriendo la puerta a la diversidad.

• Motiva, impulsa y repite como un mantra: La participación de todos es la base de una buena receta, la colaboración la guinda de la torta. No lo olvides, todos los equipos tienen sus formas particulares de hacer las cosas, esa es la diferencia que hay que impulsar.

• Promueve todas aquellas prácticas innovadoras, entrega un tiempo de prueba y error, porque no todos son éxitos, las enseñanzas son parte del conocimiento.

• Los vínculos que se generen de la puerta de tu empresa hacia adentro son como una planta, para mantenerlos, debes darte el tiempo de regarlos y cuidarlos.